La Copa del Mundo Rusia 2018 entra en su momento decisivo. Ya solo quedan ocho selecciones de las 32 que comenzaron el campeonato. Este artículo explica como ha llegado cada una a cuartos de final, su sistema y su once tipo.
Uruguay
Históricamente, Uruguay ha sido una selección rocosa, dura, incómoda, que no se arruga ante ningún rival aunque este parezca superior. Si a estas señas de identidad se le añade una pareja de delanteros que están dentro de la élite del fútbol mundial (Luis Suárez y Cavani) y dos centrales que también son ‘top’ (Godín y Giménez), pues ya no sorprende tanto que estén entre las ocho mejores del mundo. El sistema 1-4-4-2 es innegociable para el veteranísimo seleccionador Óscar Tabárez (71 años y cuatro mundiales ya a sus espaldas)
El combinado uruguayo ha ganado sus cuatro partidos, y entre sus víctimas se incluyen el anfitrión (Rusia, 3-0) y el campeón de Europa (Portugal, 2-1). Eso sí, Cavani se retiró lesionado en octavos de final y es seria duda para medirse a Francia.
Francia
La selección francesa presenta mejores números que sensaciones, aunque también es cierto que su mejor partido hasta ahora fue cuando de verdad hacía falta, en un partido sin margen de error como los octavos de final. Anteriormente vencieron a Australia y Perú con lo mínimo y empataron sin goles con Dinamarca (un marcador que les venía bien a los dos).
Francia es, posiblemente, el equipo más físico de todos. Prácticamente todos sus jugadores son fuertes, potentes, veloces, resistentes… Esta exuberancia en el plano físico les convierte en un equipo difícil de abordar y superar. N’Golo Kanté es el paradigma. Incansable, su labor a la hora de recuperar balones y tapar ataques del rival está siendo fantástica.
Sin embargo, en ataque han dado la sensación de vivir de la inspiración de sus delanteros más que de un plan definido. La actuación de Mbappé en los octavos de final ante Argentina es, probablemente, la mejor de lo que llevamos de torneo.
Brasil
La Brasil entrenada por Tite se ha mostrado como un equipo sólido, que sólo ha encajado un gol (pero más importante aún: apenas le disparan). El eje formado por Miranda-Thiago Silva-Casemiro ha sido prácticamente un muro, aunque este último no podrá jugar en cuartos de final por acumulación de tarjetas. A ver cómo les afecta.
Brasil tiene defensa y también tiene ataque. La gran diferencia con el anterior Mundial es que Neymar no esta solo. Coutinho y Willian también están aportando desborde y creatividad (y también gol en el caso de Coutinho). Las llegadas de Paulinho desde atrás también son una interesante aportación al ataque brasileño.
Están yendo de menos a más: empataron en su debut con Suiza y vencieron a Costa Rica solo en el descuento, pero sus dos últimos partidos han sido triunfos solventes ante Serbia y México.
Bélgica
El combinado belga, como Uruguay, ha ganado sus cuatro partidos. Pero en su caso las victorias han llegado de la mano de un estilo ofensivo, apoyado por el talento de Hazard y De Bruyne, la velocidad y el desborde de Meunier y Mertens y el acierto goleador de Lukaku (que también ha sido capaz de generar espacios para sus compañeros que llegan desde atrás). Además, el modo de remontar un 0-2 a Japón en octavos demuestra que tiene un plan B en el juego aéreo, buscando a los centrales, a Fellaini y a Lukaku. Son la selección más goleadora hasta el momento, con 12 goles en 4 partidos.
Eso sí, su rendimiento defensivo genera dudas. Aunque juega con tres centrales, se han visto superados con cierta facilidad. Y el repliegue y balance defensivo del centro del campo no siempre se produce a la velocidad necesaria.
Rusia
Casi nadie esperaba ver al anfitrión en los cuartos de final del Mundial. Es el equipo más flojo técnicamente de los ocho, pero ha tenido el mérito de saber explotar sus virtudes y esconder sus defectos. La goleada que le endosó a Arabia en el partido inaugural (5-0) les quitó toda la presión y les dio una confianza enorme.
Rusia tiene un par de jugadores de buen nivel en tres cuartos de campo (Golovin y Cheryschev). A ellos se les ha unido un inspiradísimo Dzyuba, cuya labor está siendo fundamental en el éxito de su selección: además de marcar goles (tres), está aprovechando despejes y balones en largo para proteger el balón y dar un respiro al resto del equipo cuando está agobiado.
Durante la primera fase (dos victorias y derrota ante Uruguay), jugó un 1-4-2-3-1 muy sólido, con un doble pivote muy agresivo. Ante España en octavos de final pasó a un 1-5-4-1. Hay que ver si repetirá este planteamiento en cuartos de final debido a su éxito ante los españoles.
Croacia
Si algo se puede destacar de Croacia es su centro del campo. La pareja Rakitic-Modric, con el madridista jugando más adelantado que el barcelonista, es de lo mejor del Mundial. Pero además sus acompañantes les están ayudando mucho y bien. Brozovic colabora organizando y defendiendo, mientras que Perisic y Rebic son unos puñales por banda.
La defensa está sorprendiendo por su solvencia. Dos goles únicamente han encajado en cuatro partidos. Mención especial merece el guardameta Subasic, gran artífice de que los croatas estén en cuartos de final (detuvo tres penaltis en la tanda ante Dinamarca).
Croacia se ha plantado en la antepenúltima ronda con tres victorias y un empate, ocho goles a favor y dos en contra. Destaca su goleada a Argentina (3-0) en la fase de grupos.
Suecia
El combinado dirigido por Janne Anderson es un bloque compacto, en el sentido literal de la expresión. Su sistema 1-4-4-2 jamás se ha descompuesto en lo que llevamos de Copa del Mundo. Una muestra: solamente ha encajado goles en un partido (la derrota 2-1 ante Alemania). El veterano central Granqvist (33 años) es su líder atrás, muy bien ayudado por Lindelöf (Manchester United).
En ataque la idea principal es buscar a la pareja de delanteros formada por Berg y Toivonen, bien a través de balones largos o con centros desde la banda. Su jugador más creativo y el mejor con el balón en los pies es Forsberg. Suyo fue el gol (ayudado por un rebote) que clasificó a los suecos para cuartos de final, ronda en la que no estaban presentes desde 1994.
Inglaterra
Hablar de esta selección inglesa es hacerlo de un combinado joven, dinámico, rápido, peligroso a balón parado… y de Harry Kane. El delantero del Tottenham es el máximo goleador del campeonato con 6 goles (tres de penalti), pero su rol en la selección entrenada por Gareth Southgate va mucho más allá que el de un simple ariete. Es el capitán y el eje del juego ofensivo. Sabe bajar a recibir, parar el balón, distribuirlo a las bandas y se complementa con el otro punta, que suele ser Sterling.
Inglaterra apuesta por jugar con tres centrales y dos carrileros largos. Así que a la hora de defender cuenta con cinco hombres. A pesar de la cantidad y de que no han cometido errores graves, generan ciertas dudas. A pesar de ello, es digno de resaltar el buen papel de Maguire y Trippier.
