El Bayern Munich asusta (todavía más)

Pedro conduce el balón ante Ribery. FOTO:go.sky.com
Pedro conduce el balón ante Ribery. FOTO:go.sky.com

Sorprendente paliza la que le endosó el Bayern Munich al FC Barcelona (4-0). Sorprendente porque nadie esperaba tanto dominio por parte de uno de los dos equipos, sino una serie tremendamente igualada. Pero fue una goleada muy merecida. Los alemanes pasaron por encima de los azulgranas, que fueron un equipo vulgar. Ni siquiera el horrendo arbitraje del húngaro Kassai sirve de excusa, porque perjudicó a ambos. Este 4-0 refuerza todavía más el favoritismo del Bayern, que opta al triplete Liga, Copa, Champions por primera vez en su historia.

El fabuloso estadio del Allianz Arena asistió a una no menos fabulosa exhibición de su equipo. El Bayern de Jupp Heynckes (le está poniendo el listón altísimo a Guardiola) es un equipo que combina calidad individual (ofensiva y defensiva), una actitud encomiable y una preparación física impecable. En defensa estuvieron impecables (el portero Neuer sólo realizó ¡una! parada, y ante un tiro flojo), su presión en la zona de creación de creación fue constante durante los 90 minutos y hasta los atacantes se vaciaron en tareas defensivas (Robben, Ribery, Müller y Mario Gómez eran los primeros en presionar). Pero además de presionar y defender, fueron verticales y precisos en ataque. Rozaron la perfección.

Pero la realidad es que el Bayern lleva prácticamente toda la temporada jugando a este nivel. Sus números son escalofriantes. Ya es campeón de la Bundesliga desde hace un par de semanas, está clasificado para la final de la Copa y la final de la Champions la tiene a tiro. Ha jugado un total de 46 partidos oficiales hasta el momento (30 de Liga, 5 de Copa y 11 de Liga de Campeones) de los cuales ha ganado nada menos que 39 (26 de Liga, los 5 de Copa y 8 en Champions). Es decir, ha ganado el 85% de sus partidos. Por cierto, uno de los siete equipos afortunados que no perdió ante este Bayern fue el Valencia, que logró empatar 1-1 en Mestalla en el partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones.

¿Y el Barcelona? Se vio superado en todo momento. Pareció un equipo vulgar. Es cierto que el rival era de categoría mundial, pero la paliza encajda también fue por deméritos propios. Físicamente están muy justitos, todos en general, pero hay casos más alarmantes, como el de Xavi. La ‘ausencia’ de Messi también fue importantísima. La eliminatoria ante el PSG evidenció que, al menos ahora mismo, este equipo depende en exceso del argentino. Pero recién salido de una lesión (o quizá todavía lesionado, quien sabe), Messi no es determinante. El equipo sufre en defensa. Es cierto que las bajas de Puyol y Mascherano pesan, pero llevan toda la temporada concediendo más goles que en los últimos años. Y por último no debemos olvidar el banquillo. La enfermedad de Tito Vilanova es un atenuante (como cualquier otra persona, los entrenadores también necesitan un tiempo para dar su máximo nivel después de una enfermedad) pero es evidente que en Munich se echó en falta un revulsivo o al menos algún intento de darle la vuelta a la tortilla desde el banquillo.

Ni siquiera se puede excusar en el arbitraje el equipo azulgrana. Es verdad que Mario Gómez está en fuera de juego cuando marca el 2-0  que Müller hace falta en el 3-0, pero en el primer tiempo hubo manos de Piqué y Alexis dentro del área que podía perfectamente haberlas señalado como penalti.

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