El fútbol puede ser muy caprichoso

Soldado, perseguido por el bético Cañas. FOTO:www.estrelladigital.es
Soldado, perseguido por el bético Cañas. FOTO:www.estrelladigital.es

Hace una semana comentaba (con otras palabras) que el fútbol no eran sólo merecimientos, sino principalmente acierto y efectividad. El Valencia CF perdió en San Mamés a pesar de ser mejor que el rival. Un partido después, ante el Betis, en Mestalla, el Valencia sufrió ante un equipo que jugó con diez durante más de 70 minutos, pero acabó ganando 3-0. ¿Cómo se explica? De varias maneras, pero la principal es que los valencianistas sí tuvieron el acierto del que carecieron apenas unos días antes.

La victoria ante el Betis es  muy importante para el Valencia en varios aspectos: recupera la senda del triunfo tras lograr dos puntos de nueve (con la dosis de tranquilidad que ello conlleva), le permite seguir enganchado en la pelea por la cuarta posición y superó a un rival directo como el Betis, que le superaba en la clasificación hasta esta jornada. Pero no deja de ser curioso cómo llegó el Valencia a la victoria. Posiblemente la mereció menos que ante el Athletic en San Mamés, pero ante los vascos acabó perdiendo y ante los andaluces ganó por 3-0.

Es evidente que la diferencia de acierto de cara al gol entre un partido y otro explica el contraste de marcadores. También es importante el hecho de que el Betis jugara con un futbolista menos más de 70 minutos. Los béticos dieron la cara siempre, pero la ausencia de un futbolista se acaba notando, y eso lo supo aprovechar el Valencia en el tramo final del partido. Sufrió y lo pasó mal a pesar de jugar en superioridad numérica, pero no cometió errores tontos ni graves, con lo que cuando las fuerzas le empezaron a fallar al Betis, la sentencia al partido llegó casi por inercia.

De todos modos, que el Valencia no jugara bien tampoco quiere decir que la victoria sea injusta. El equipo manejó con cierta soltura el partido en el primer tiempo, y aunque es cierto que en la segunda el Betis tuvo sus opciones de empatar cuando el marcador era 1-0, tampoco el equipo de Valverde se sintió agobiado nunca. Y tampoco se puede negar el efecto revitalizador del nuevo entrenador: con 14 partidos dirigidos (los mismos que Pellegrino), ha logrado nueve puntos más, (27 por 18 del argentino). Con Pellegrino el Valencia CF logró 5 victorias, 3 empates y 6 derrotas. El balance de Valverde es de 8 victorias, 3 empates y 3 derrotas, además de una mejoría en el juego colectivo. Con esta dinámica el equipo peleará por jugar la Champions el año que viene, algo más que necesario para que el caos económico no sea mayor todavía.

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