Este Valencia CF sí hace afición

Partido muy intenso entre Valencia y Bayern. Foto: EFE

El empate entre el Valencia CF y el todopoderoso Bayern Munich deja un excelente sabor de boca entre los valencianistas, aunque el punto deje muy complicada la primera plaza del grupo. Pero el conjunto valencianista sale reforzadísimo de este partido de cara al futuro, por varias razones, que paso a enumerar:

a) Se creció ante la adversidad. Empezó dominando y mandando el Bayern, y por si fuera poco la clara expulsión de Barragán dejaba la Valencia con diez en el minuto 33. Muchos lo empezaron (empezamos) a ver todo muy negro. Pero a partir de la expulsión, contra todo pronóstico, el cuadro valenciano fue mejor. Hacía mucho tiempo, años de hecho, que el Valencia no daba esa sensación de verse capaz de todo ni de reaccionar como lo hizo jugando con inferioridad. La última vez, que yo recuerde, fue ante el Espanyol, en abril de 2002, donde el Valencia CF remontó al Espanyol con diez jugadores y logró una victoria que casi certificaba la Liga.

b) El equipo es capaz de jugar a un ritmo alto, con  motivación e inteligencia. Jugar casi una hora con uno menos obliga a un sobreesfuerzo que no siempre es fácil conseguir. Ahí entra la motivación y la capacidad de sufrimiento del futbolista. Ayer todos aportaron su granito de arena. El ejemplo más claro es el de Parejo, al que le dieron calambres por el esfuerzo. Además, también el equipo supo ser inteligente, creando contragolpes en los momentos oportunos y sin locuras. En los minutos finales, cuando el cansancio ya era agotamiento, supo parar el partido y aguantar el empate.

Lo mejor es que no es la primera vez que el Valencia realiza un derroche como el de ayer. Ante el Atlético de Madrid hizo algo parecido. Buena señal que estás actuaciones empiecen a repetirse y no sean puntuales.

c) La afición se vuelve a enganchar. Está costando y queda camino por recorrer, pero la afición poco a poco empieza a identificarse con el equipo. Mestalla presentó un buen aspecto, aunque no estaba lleno (precios más baratos ya, por favor). Y lo más importante: la afición jaleó a los suyos y les aplaudió y agradeció su esfuerzo y su fútbol

d) Vuelve a ser respetado por los rivales. Un empate (que pudo ser victoria) ante el todopoderoso Bayern Munich, jugando con diez, en la Champions, no pasa desapercibido. Ni en España ni en el resto de Europa. Actuaciones así refuerzan la autoestima y provocan, a la vez, que los rivales te empiecen a mirar con recelo y te presten atención. Eso sí, no puede ser flor de un día.

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