Después del 0-5 ante el Real Madrid y vista la trayectoria casi inmaculada del Barcelona, sólo unos pocos optimistas veían al Valencia CF sacando algo positivo ante los barcelonistas. Ahora, unas horas después de finalizado el partido, el 1-1 se considera bueno por parte de los valencianistas, aunque al mismo tiempo existe la sensación de que los locales estuvieron más cerca de la victoria que el Barcelona, lo cual no debe pasar desapercibido, ni mucho menos.
La táctica elegida por el entrenador Ernesto Valverde (presionar desde muy arriba la salida de balón del Barcelona) fue acertada. El brillante juego combinativo y de pases del conjunto azulgrana sólo se vio en momentos muy puntuales del partido. Junto con esta buena presión, Xavi, Iniesta, Cesc y Messi también fueron neutralizados con constantes ayudas en los marcajes de los centrocampistas, principalmente Tino Costa y Víctor Ruiz.
Además, el Valencia CF tuvo la claridad suficiente para hacer daño en ataque, hasta el punto de convertir a Valdés en el jugador más destacado del Barcelona (su paradón a Soldado en la última ocasión del partido es antológica). El ataque valencianista tuvo velocidad y precisión, y sólo falló en el remate.
Con todo, a pesar de las innumerables virtudes del Valencia, y de que al cuadro catalán le faltaba algo de chispa tras su partido de copa, los blanquinegros no pudieron ganar. Incluso el Barcelona, a pesar de estar siempre muy incómodo sobre el campo, tuvo un par de ocasiones clarísimas en la segunda parte que perdonaron Cesc y Villa. Y quizá este dato sea el que demuestre la diferencia real entre Valencia y Barcelona: un partidazo blanquinegro, dando el 100%, no es suficiente para ganar a uno de los más grandes del mundo en estos momentos. Pero aún así debe reforzar la autoestima de un equipo que demuestra ir a más con Valverde (con la excepción del 0-5 ante el Real Madrid). Jugando a este nivel o cerca de él, el Valencia CF alcanzará los puestos de Liga de Campeones.
