Los fichajes temporales en baloncesto y sus consecuencias

Mickael Gelabale. Foto:www.basketnews.es
Mickael Gelabale. Foto:www.basketnews.es

El baloncesto es un deporte muy popular por diversos factores, y entre ellos destaca el hecho de que el baloncesto ha logrado forjarse tiene un carácter propio, unas señas de identidad exclusivas que le diferencian y le otorgan un valor. Sin embargo, alguna de estas características particulares no siempre le beneficia.

Una de ellas, en mi opinión, es la gran cantidad de movimientos y fichajes temporales que se realizan durante la temporada. Salvo en play-offs, los equipos pueden fichar y despedir jugadores en cualquier momento, no existe una época de mercado de fichajes definida. Este hecho, cuando un jugador sufre una lesión de cierta gravedad, es útil para el equipo afectado, porque en baloncesto una única baja puede condicionar mucho, a diferencia del fútbol. Pero a veces este ‘libre mercado’ puede provocar quebraderos de cabeza.

Ejemplo: el Valencia Basket fichó poco antes de finalizar 2012 al francés Mickael Gelabale, al que sólo un mes después ha perdido porque ha fichado por un equipo de la NBA (Minnesota Timberwolves) para ¡10 días!, que ahora se han ampliado a otros 10. En total, resulta que Gelabale, en menos de dos meses, habrá jugado en dos equipos distintos, y en poco más de media temporada ya ha jugado en tres equipos distintos. Pero su caso no es, ni mucho menos, extraordinario en el baloncesto actual. El Barcelona ha firmado a golpe de talonario a Oleson, del Caja Laboral, y sigue buscando reforzar su plantilla, lo que le va a obligar a dar la baja a jugadores (algo permitido, no como en el fútbol). El mencionado Valencia Basket ha utilizado un total de 16 jugadores en poco más de media temporada (el máximo de jugadores inscritos es de 12), con cambios temporales en las posiciones de alero y ala-pívot. Otros conjuntos que han realizado numerosos cambios de cromos son el Blancos de Rueda Valladolid (16 jugadores), el Cajasol (15 jugadores) y el Lagun Aro. Sólo el CB Canarias y el Uxue Bilbao mantienen exactamente la misma plantilla que al principio de la temporada.

Este continuo cambio de jugadores impide (al menos dificulta), que haya una total cohesión entre los miembros de una plantilla, y que sea más difícil lograr la regularidad necesaria para lograr éxitos. También dificulta el trabajo del entrenador, que ve como cada cierto tiempo debe ensamblar nuevas piezas en su sistema. Además, se corre el riesgo de que el jugador ‘temporero’ se centre únicamente en sus estadísticas sin importarle nada más, en hacer buenos números para lograr otro buen contrato en otro equipo, con los perjuicios que eso conlleva a su actual club. También puede perjudicar al aficionado, especialmente al que no termina de conocer el sistema, porque le puede costar identificarse con un equipo, o incluso seguir la competición ante tantas modificaciones.

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