El entrenador elegido por el Valencia CF (o por Llorente, que para el caso es lo mismo) tras la destitución de Mauricio Pellegrino es Ernesto Valverde. Sobre él recae la tarea más urgente, la de dar personalidad y mejorar los resultados de un equipo que ahora no tiene ni una cosa ni otra. Pero Valverde no es más que un parche, el club necesita algo parecido a una catarsis, cambios profundos, y en todos sus estamentos, si quiere volver a ser el equipo campeón que fue hace no muchos años.
Ernesto Valverde, de 48 años, como entrenador ha dirigido a Athletic, Espanyol, Olympiakos (en dos etapas distintas) y Villarreal. Ha combinado éxitos con batacazos, así que especular sobre sus posibilidades de éxito al frente del Valencia no merece la pena. Puede salir bien la apuesta, es lo importante en estos momentos. Necesitará suerte, porque si algo caracteriza a la actual plantilla valencianista es su poco espíritu, una dudosa implicación y una alarmante irregularidad. Más que sistemas de juego, este equipo necesita a alguien que sepa guiarlo.
Y esta idea enlaza con la siguiente. Valverde no será la solución a los males del Valencia CF como club. Las distintas patas sobre las que se asienta la entidad no son sólidas. No sólo falla el aspecto deportivo. Ése será ahora responsabilidad de Valverde, pero los demás no. Hace falta, al menos en mi opinión, un profundo cambio, tanto en jugadores como directivos y quizá incluso entre la afición.
Creo que hay que cambiar la mentalidad. Hay que reflexionar profundamente para asumir la realidad actual que rodea al club, que creo que no todo el mundo la tiene clara. Saber qué medios se tienen y hasta donde se puede llegar. Y decirlo sin miedo, pregonarlo. A partir de ahí, todos deben pensar en positivo y tratar de dar el máximo para mejorar o superar los límites actuales (a nivel deportivo, económico, institucional, social…). Y si algo o alguien no es capaz de asumir estos planteamientos (repito, sean los que sean), mejor que no siga. Albelda ya ha dejado caer algo parecido a esta idea en rueda de prensa. El se refiere a los futbolistas, pero también es válido para los demás estamentos del club.
En resumen, sería algo así como “miren ustedes, partimos de tal situación, y en estas condiciones tenemos tanto dinero y podemos aspirar a este determinado tipo de jugadores, y con ellos se podrá hacer esto, pero será difícil abarcar más. Ahora bien, sabiendo cual es nuestra realidad, a partir de ahora necesitamos gente implicada a todos los niveles que dé el máximo por mejorar”.
Evidentemente, todo lo explicado en los párrafos anteriores es mucho más fácil de decir que de llevar a la práctica, y requeriría paciencia y mirar a largo plazo, porque al principio se verían pocos avances y lo normal sería estar por debajo de lo que el Valencia CF merece por historia. Es sólo mi humilde sugerencia, pero pienso que si las patas que sostienen una mesa son frágiles y es más fácil cambiarlas directamente en vez de arreglarlas, ¿por qué no hacerlo?
