Wiggins ganó el Tour con justicia, pero…

EFE

Justo antes de empezar el Tour de Francia, se hablaba del inglés Bradley Wiggins como gran favorito y no ha fallado. Wiggins ha cimentado su victoria marcando distancias en las etapas contrarreloj y aguantando en la montaña. Ha sido el mejor… pero se ha visto favorecido por ciertas circunstancias que (quizás) quitan lustre a su victoria.

Para empezar, el corredor que más problemas le podía haber creado en la montaña estaba en su propio equipo (su compatriota Chris Froome). Y aun así se produjeron escenas de traca, ya que hasta en dos etapas distintas el Sky tuvo que parar a Froome, que ¿involuntariamente? tiraba tan fuerte que dejaba atrás a su compañero y líder Wiggins. Aún así Froome terminó segundo en la general, así que es lícito preguntarse que hubiera pasado si llega a estar en otro equipo.

En segundo lugar, el recorrido, con más kilómetros contrarreloj y menos montaña que otros años, le venía como anillo al dedo. A esto hay que añadir que Wiggins contaba con un equipazo a su servicio, no sólo Froome, y eso le supuso un ahorro considerable de energías en determinados momentos.

Tampoco pasemos por alto que entre sus rivales tampoco había escaladores puros que pudieran dinamitar la carrera en los puertos. Sólo el italiano Nibali estuvo combativo y atacante, pero era imposible para el sólo. Más de uno hemos echado de menos a Contador y Andy Schleck.

Los españoles
No ha sido un buen Tour para los ciclistas españoles. Las caídas y las lesiones se cebaron con los nuestros en la primera semana, obligándoles a abandonar (Samuel Sánchez, José Joaquín Rojas), o dejándoles muy mermados (Valverde). Sólo en el tramo final del Tour recuperaron protagonismo. El balance final español es de dos triunfos de etapa (Luis León Sánchez y Alejandro Valverde) y el sexto puesto en la clasificación general de Haimar Zubeldia.

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