Michael Jordan: el baloncesto hecho persona

Michael Jordan
Michael Jordan

Michael Jordan (Nueva York, 1963) dominó el deporte de la canasta desde mediados de 1980 hasta finales de 1990. Convirtió a una franquicia del montón, los Chicago Bulls, en una escuadra temible, y dejó para la posterioridad muchísimos récords y premios. La NBA le reconoció como el mejor jugador de la historia.

Con una estatura de 1,98m y un físico privilegiado, su posición natural era la de escolta, pero en realidad jugaba igual de bien como alero e incluso de base en momentos puntuales. Dominaba todos los registros en ataque (posee el mayor promedio anotador de la historia con 30,1 puntos por partido), pero era también un defensor implacable. A sus muchísimas virtudes técnicas y físicas añadía una mentalidad de hierro y un ansia continua por ganar. El cóctel perfecto para ser un jugador inigualable.

Una estrella ya en la universidad
Jordan entró en la Universidad de Carolina del Norte en 1981 y pronto se convirtió en el referente absoluto de su equipo de baloncesto. En su primera temporada (1981/1982), Carolina del Norte ganó el título gracias a una canasta suya en la final ante Georgetown. Fue su único título universitario, aunque en su tercera y última temporada (1983/1984) fue elegido mejor jugador de la NCAA.

Durante el verano de 1984, Jordan hizo su primera aparición en los Juegos Olímpicos como miembro del equipo olímpico de baloncesto (en aquellos años Estados Unidos todavía acudía a las citas internacionales con jugadores universitarios). Ganaron el oro con comodidad (en la final derrotaron a España por 95-65) con Jordan como estilete. Repetiriría oro olímpico ocho años más tarde, ya como la gran estrella de este deporte, en la cita de Barcelona 1992, con el irrepetible Dream Team.

Jordan, de blanco, junto a Petrovic en los JJ.OO de Barcelona 1992.
Jordan, de blanco, junto a Petrovic en los JJ.OO de Barcelona 1992.

Los primeros años en la NBA
Michael Jordan fue drafteado, con el número 3, por los Chicago Bulls en verano de 1984 (justo antes de los JJ.OO de Los Ángeles). Su impacto fue inmediato y sus números, grandiosos desde el primer día. Promedió 28,2 puntos por partido y fue decisivo para que su equipo se clasificara para disputar los play-offs. Además, fue nombrado Rookie del año y elegido para el All-Star.

Una grave lesión le impidió jugar una gran parte de su segunda temporada, la 1985/1986. Fue la única lesión grave de su carrera deportiva. Pero regresó sin secuelas y más motivado que antes. En las cinco temporadas siguientes sólo se perdió un partido de temporada regular y empezó a forjar su leyenda. En la campaña 1986/1987 se convirtió en el primer jugador desde Chamberlain en anotar más de 3.000 puntos en una sola temporada. Y al año siguiente, 1988, Jordan recibió el primero de sus cinco MVP (jugador más valioso). Gracias a su aportación, Chicago, que hasta entonces era una franquicia con escasa fama en la NBA, se convirtió en un serio aspirante al título, aunque le costaba dar el salto definitivo para pelear por el título. Y es que hasta 1990, en la sexta temporada de Jordan, los Bulls no llegaron a la final de Conferencia.

Llegan los títulos y la primera retirada
Con la llegada de los años 90 llegaron los títulos y la consagración del mito Jordan. En la temporada 1991/1992 obtuvo su primer anillo de campeón de Jordan. Chicago venció en la final a los Lakers de ‘Magic’ Johnson, Worthy, A.C. Green y Divac. Jordan conquistó el MVP de las finales (de hecho, consiguió el MVP en todas las finales que jugó).

Ser el rival a batir no arrugó a Jordan, ya muy bien acompañado con Pippen, Paxson y Grant, entre otros. Repitieron título de la NBA en 1992. Y en 1993 llegó el más difícil todavía: el tercer anillo consecutivo. Nadie había logrado una proeza semejante desde los Celtics en los años 60.

Ese verano de 1993, un suceso extradeportivo marcó la carrera del jugador. Su padre fue asesinado durante un intento de robo. Le afecto de tal manera que incluso anunció su retirada. Se dedicó al béisbol (con muy poco éxito) en homenaje a su progenitor.

El mejor equipo de la historia
Como su aventura en el béisbol no funcionó, en marzo de 1995 Michael Jordan anunciaba su retorno a las canchas de baloncesto. Lo haría además con su anterior equipo, los Chicago Bulls. Sus primeros meses, sin ser malos, no estuvieron a la altura de su trayectoria anterior, lo que hizo a muchos aficionados preguntarse si el gran Jordan ya no volvería. Estaban equivocados.

En las dos siguientes temporadas, 1995/1996 y 1996/1997, los Bulls fueron casi imbatibles. En la primera, acabaron con un balance de 72 victorias y 10 derrotas, siendo el mejor de la historia. Pero es que al año siguiento lograron el segundo mejor balance histórico (69-13). Los Jordan, Pippen, Rodman, Kukoc, Kerr, etc. eran una apisonadora. Por supuesto, fueron campeones ambos años, aunque en las finales sí tuvieron una gran resistencia por parte de Seattle SuperSonics primero y Utah Jazz después.

‘The Shot’
En la década de los 90, con Michael Jordan en cancha, los Bulls siempre habían sido campeones. Sólo por eso el alero de Brooklyn ya merecía un lugar en la leyenda. Pero aún no había escrito su página más brillante. Ese momento llegó el 14 de junio de 1998. Chicago visitaba a Utah en el sexto partido de las finales de la NBA. Tenían ventaja en la serie (3-2), pero a falta de unos pocos segundos perdían por un punto y no tenían la posesión. Jordan primero robó el balón, subió con él al ataque, dejó sentado a su defensor con una finta mágica y anotó un tiro desde 6 metros que le dio el triunfo y el sexto título a su equipo. Ese lanzamiento fue bautizado como ‘The Shot’ (el tiro) por su trascendencia y por la increíble tranquilidad con la que lo ejecutó. Además, fue el culmen a un partido en el que anotó 45 puntos, más de la mitad de todos los de su equipo.

El canto del cisne en Washington
Después del segundo ‘three-peat’ y de encadenar seis títulos sin fallo, se acumularon una serie de circunstancias (bajas en los Bulls, su edad -35 años-, el cierre patronal de la NBA, incluso su mágico último partido…) que impulsaron a Jordan a anunciar, por segunda vez, su retirada como jugador profesional. Jordan pasó a ser accionista de los Washington Wizards y a trabajar en los despachos del club como presidente de operaciones. Pero el seguir ligado al baloncesto hizo que volviera a surgir en él las ganas por vestirse de corto. Así, tuvo una 3ª etapa, pero ahora en los Wizards, para los que ya trabajaba.

Jordan realizando un mate
Jordan realizando un mate.

Allí jugó dos años, entre 2001 y 2003, y aunque objetivamente sus números fueron buenos (promedió más de 20 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias por partido), quedó en evidencia que sus mejores tiempos ya no volverían: perdió capacidad resolutiva y físico, le castigaron las lesiones y el equipo también era peor. Su retirada definitiva se produjo en abril de 2003.

SU FICHA
Nombre completo: Michael Jeffrey Jordan
Fecha de nacimiento: 17/2/1963
País: Estados Unidos
Posición en el campo: Escolta
Características de su juego: Anotador, defensor, visión de juego, mentalidad de hierro

– Clubes
Chicago Bulls (1984-1993 y 1995-1998)
Washington Wizards (2001-2003)
Selección de Estados Unidos (JJ.OO de 1984 y 1992)

– Palmarés
6 títulos NBA
2 Oros olímpicos

– Trofeos individuales
5 veces MVP de la temporada regular de la NBA
6 veces MVP de las finales de la NBA
14 veces All-Star
10 veces máximo anotador de la NBA
10 veces en el 1º Quinteto ideal de la NBA
1 vez Mejor defensor del año (1988)
Rookie del año en 1985
2 veces ganador del Concurso de mates

– Algunos récords todavía vigentes
Más veces MVP de las finales de la NBA: 6
Mejor promedio anotador de la historia: 30,1 ptos/partido
Mejor promedio anotador de la historia en play-offs: 33,4 ptos/partido
Más partidos consecutivos anotando más de 10 puntos: 866
Más partidos con 30 puntos anotados o más: 563
Único jugador en ser máximo anotador y mejor defensor en un mismo año: 1988

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