Félix Baumgartner

Nadie o casi nadie sabía nada sobre este austríaco de 43 años hasta la semana pasada, cuando se acercaba el momento de realizar el tremendo desafío que se proponía. Ahora es famoso. Es lo que sucede cuando entras en los anales de la historia al rebasar un límite humano que no se creía posible. Porque saltar al vacío desde 39 kilómetros de altura con la única ayuda de un traje presurizado era algo que sólo él pensaba que fuera posible. Lo logrado el domingo por Baumgartner es estratosférico (literalmente, porque saltó desde la estratosfera) y debe considerarse como una proeza, por muy entrenado y por muy bien preparado que estuviese el evento. Porque el riesgo de que le ocurriese algo (incluso que no lo contara) era real.


Pero ¿por qué Baumgartner quiso realizar este desafío? ¿Quién es en realidad este hombre? Para empezar, es un paracaidista con muchísima experiencia a la hora de realizar maniobras y saltos extremos. Antes de batir los tres récords por los que pasará a la historia ya poseía varios, destacando el de salto desde el edificio más alto o el de salto BASE (saltar desde un punto fijo y no en movimiento) más alto de la historia o el de ser el primer hombre que cruzó el Canal de la Mancha en caída libre. Su carácter tremendamente inconformista y aventurero es el que puede explicar su pasión por los desafíos extremos.

Otra pregunta que surge es ¿tiene alguna utilidad su hazaña, más allá de comprobar los límites humanos? Pues parece ser que sí. Los campos de la aeronáutica y la aviación podrían verse beneficiados por la ‘locura’ de Félix, especialmente a la hora de establecer protocolos de seguridad para pilotos y astronautas y a la hora de elaborar las los trajes espaciales. Además, gracias a Baumgartner, ahora se sabe como reacciona el cuerpo humano a alturas tan elevadas, y a aceleraciones, desaleraciones y cambios de temperatura extremos.

Más información:
Los tres récords batidos por Félix Baumgartner

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