Del Valencia-Athletic de Bilbao se pueden decir muchas cosas, pero desde luego destaca por encima de todo la remontada final del equipo valencianista (afortunada pero también merecida), con los que logran tres puntos muy importantes (no ganar le hubiera dejado en la zona baja) y que, aún más importante, le permiten ganar confianza y fe. Y así es como salen las cosas, no con nervios.
Al Valencia le hacía falta un desenlace así como el comer. Los aficionados valencianistas estaban hartos de ver como su equipo era incapaz de superar marcadores adversos. De hecho, la última vez que el Valencia CF ganó tras empezar perdiendo fue hace más de un año, el 27 de agosto de 2011, cuando ganó 4-3 al Racing tras ir perdiendo 1-3. En cambio, en este período de tiempo, si había dejado escapar victorias que parecían muy claras. Una remontada como esta es lo mejor que podía pasar para la autoestima y la confianza de plantilla y cuerpo técnico. Porque les dará tranquilidad a la hora de trabajar para mejorar. Y con calma suelen salir mejor las cosas.
Hubo más buenas noticias para el Valencia: por fin los jugadores demostraron algo de carácter. Sólo falta que lo hagan con regularidad. Viera demostró, otra vez, que es un jugador muy hábil, regateador, pero además inteligente y poco individualista. También es positiva la vuelta de Banega, que ofrece nuevas variantes al juego y lo hará menos previsible (al menos eso se espera). Incluso la posibilidad de echar mano de Albelda, aunque sólo sea para dar descanso y más equilibrio defensivo al equipo se antoja positiva.
Para acabar, no hay que esconder los problemas que arrastra el equipo, que siguen ahí a pesar del 3-2. He apuntado antes lo del equilibrio defensivo. La defensa del Valencia CF, y no sólo ante el Athletic, estuvo bastante mal, con unos nervios impropios de un equipo de Primera. También es cierto que hay fases en los que el centro del campo no ayuda y los zagueros tienen demasiados frentes abiertos. En todo caso, el problema parece más de jugadores que de sistema defensivo. Si los mismos futbolistas lo hacen mal con dos técnicos…
