La dimisión de Varona aumenta el caos en el Valencia CF

Manuel Llorente y Federico Varona. FOTO:www.estadiodeportivo.com
Manuel Llorente y Federico Varona. FOTO:www.estadiodeportivo.com

Que no. Parece imposible evitar que el Valencia CF sea noticia de lunes a viernes y no los fines de semana, que es cuando tocaría. La convulsa situación social se ha cobrado otra víctima importante: Federico Varona, que dimitió como presidente de la Fundación. Es decir, en menos de quince días han dimitido los máximos responsables tanto del club (Manuel Llorente, 5 de abril), como del máximo accionista (Federico Varona, 16 de abril). Creo que esta última frase resume bastante bien la situación actual de la entidad valencianista, más próxima al caos y al desconcierto que a otra cosa.

La sorprendente idea de Varona de convocar elecciones a la presidencia del Valencia CF ha sido uno de los detonantes de esta decisión. Muchos expresábamos nuestras dudas sobre la viabilidad de este proyecto, empezando por los propios patronos de la Fundación, que no apoyaron su idea en su última reunión. Por supuesto el actual Consejo de Administración tampoco la veía bien. El ver como sus ideas fallaban y también el sentirse solo ha precipitado su decisión, aunque también reconoce en su carta de despedida que la dimisión de Llorente (inesperada) fue lo que empezó a trastocar sus planes y a precipitar los acontecimientos. Con la ventaja que supone analizar las cosas ‘a posteriori’, se puede decir que su idea para democratizar el club era utópica en el contexto económico y accionarial del Valencia CF, sujeto a las leyes mercantiles propias de una sociedad anónima.

Este adiós también devuelve al primer plano el debate sobre la llegada al fútbol de personas sin experiencia en el mismo y sobre la conveniencia de la intervención política en el Valencia CF, porque nadie duda ya que la mano de la Generalitat está detrás de la nueva Fundación del Valencia CF. Y mientras tanto la entidad está descontrolada, con dos grupos en enfrentamiento constante cuando deberían colaborar (Consejo y Fundación). Esta confrontación, que existirá hasta que el 4 de junio se designe el nuevo Consejo en la Junta General, (y que será afín a la Fundación) no hace sino perjudicar la imagen del Valencia y demostrar que no hay un plan de actuación definido.

Por supuesto, están las consecuencias a nivel deportivo. Para empezar, la plantilla ya empieza a expresar su opinión públicamente, y lo ha hecho a través de sus capitanes, Roberto Soldado y David Albelda. El atacante dijo que la plantilla estaba algo desconcertada y que no tenían nada claro. El centrocampista, por su parte, comentaba que le gustaría que hubiera más estabilidad en el ámbito social y que incluso le da “pena” la situación actual del club.

¿Y que piensa la afición de todo esto? Yo percibo hartazgo. Pero también percibo división, entre los que prefieren la llegada de un inversor que aporte dinero y los que abogan por democratizar, pero de verdad, el club. Por cierto, estos planteamientos también dividen a los ‘aspirantes’ a hacerse con el control del Valencia. Algunos, como Fernando Gómez o Alfonso Rus, ven como única solución la llegad de un inversor solvente que ponga fin a las deudas. Otros, entre ellos los actuales rectores, no quieren vender el club.

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