Ante el Atlético de Madrid, y por primera vez en mucho tiempo, la afición valencianista se marchó de Mestalla orgullosa por la labor de su equipo, más aún que por el triunfo. Pude comprobarlo personalmente. Puede que esa sea mejor noticia para el Valencia que incluso sumar los tres puntos ante un rival directo como los rojiblancos.
El Valencia CF realizó el partido más completo de lo que llevamos de temporada, junto con el del BATE Borisov, aunque el Atlético es un rival mucho más potente. No creó muchas ocasiones, cierto, pero fue efectivo (todo lo contrario que ante el Betis), tuvo en todo momento las ideas claras, no desesperó cuando en las fases en las que estaba más espeso ni tampoco perdió la calma cuando apretaron los de Simeone. Incluso en defensa (el talón de Aquiles del equipo) todo el conjunto rayó a gran nivel, tanto en la presión a la salida de balón atlética como en el marcaje a los jugadores más ofensivos, empezando por Falcao. Un ejemplo: Alves, no realizó ninguna parada a disparos del rival. Sus intervenciones, varias de ellas de mérito, fueron despejes o salidas de puños en balones colgados al área.
Ante el Atlético de Madrid el Valencia CF cosechó una victoria de prestigio y una inyección de moral notabilísima… que deberá hacer buena en los próximos partidos, empezando por el del próximo fin de semana en Valladolid. Y es que el conjunto de Pellegrino (vaya tela su expulsión, por cierto) sigue fuera de posiciones europeas y aún no ha sido capaz de encadenar dos partidos buenos consecutivos. Ése es el reto actualmente: conseguir regularidad, en rendimiento y resultados.
