¿Qué utilidad tienen los amistosos de selecciones?

Los jugadores de España celebran  un gol. FOTO:www.teinteresa.es
Los jugadores de España celebran un gol. FOTO:www.teinteresa.es

Los amistosos de los clubes de fútbol durante la pretemporada está claro qué sentido tienen: el que los jugadores vayan cogiendo la forma, asimilar las ideas del nuevo técnico (si es el caso) y conjuntar una plantilla que puede tener muchas caras nuevas. Pero en el caso de las selecciones nacionales ¿cuál es el sentido de los amistosos?. Es innegable que antes de jugar una gran competición, sea el Mundial o cualquier competición continental, es necesario jugar algún partido para pulir detalles y ver las condiciones en la que llegan los jugadores. Pero… ¿y durante la temporada? ¿Tienen sentido? Y si no lo tienen, ¿deberían suprimirse?. Eso vamos a tratar en este artículo.

Este miércoles 6 de febrero se disputaron nada menos que 27 partidos amistosos. Eso sí, en este caso hemos asistido a duelos de gran calibre, como el España-Uruguay, el Suecia-Argentina, el Holanda-Italia, el Inglaterra-Brasil o el Francia-Alemania. Pero vamos al meollo de la cuestión: ¿qué utilidad han tenido? En algunos casos, beneficios económicos (España ha ganado casi 3 millones de € al jugar en Qatar). También sirven para que los seleccionadores den oportunidades a jugadores nuevos (en el caso de España debutaron Azpilicueta, Isco y Mario Suárez, por comentar sólo el caso de una selección) o prueben variantes tácticas para ver si son aplicables en compromisos oficiales. Por ejemplo, Alemania jugó ayer la última media hora en París sin un delantero centro específico. Otra utilidad la confesó el seleccionador español Vicente del Bosque tras ganarle a Uruguay: “hacía dos meses y medio que no nos veíamos, por lo que era necesaria esta conviencia”. Es decir, pueden servir para ‘hacer piña’ y formar un bloque cohesionado (en la medida de lo posible).

Los detractores de los amistosos dicen que puede perjudicar a los clubes porque pierden durante unos días y de manera innecesaria a sus mejores jugadores, además de que se corre el riesgo de que hayan lesiones (y en este caso, quien sale más perjudicado es el club que paga al futbolista). Un último detalle es que en estos partidos, los jugadores no se emplean con la misma intensidad que en un partido de competición oficial. Parte de razón tienen con estos argumentos, pero incluso así, los amistosos de selecciones forman parte del fútbol desde hace 100 años y casi no se entiende este deporte sin ellos. Y además, siempre generan cierto interés entre el aficionado, sobre todo si el rival de tu selección es potente.

Iniesta se lleva un balón ante Luis Suárez. FOTO:www.altaspulsaciones.com
Iniesta se lleva un balón ante Luis Suárez. FOTO:www.altaspulsaciones.com

Un pequeño análisis de los partidos
De los partidos de este 6 de febrero, destacar que las grandes selecciones se enfrentaron entre ellas la mayoría. Y algunas conclusiones se pueden extraer: Uruguay (actual campeona de Sudámerica y cuarta en el Mundial) atraviesa por un bache, ya que España, a medio gas, le ganó con cierta facilidad; Scolari tiene trabajo por delante si quiere que Brasil haga un buen papel en su Mundial. Tiene tiempo todavía, pero también muchas cosas que mejorar, sobre todo en defensa, ya que Inglaterra ayer le creó bastantes ocasiones; Francia juega a ráfagas y sigue dependiendo demasiado de Ribery y Benzema, pero aún así es peligrosa; Alemania tiene grandes jugadores de mediocampo hacia delante (Özil, Khedira, Müller, Kroos…), al igual que Argentina (Messi, Agüero, Higuaín…), mientras que Holanda e Italia parecen en fase de construcción.

Con todo, tampoco olvidemos que no es lo mismo un partido amistoso que uno oficial, y que las cosas pueden cambiar cuando entre duelo y duelo hay un mes (o más) de diferencia.

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