A grandes rasgos, el concepto de ‘doble personalidad’ hace referencia a un trastorno que sufre un ser humano por el cual éste posee dos personalidades distintas y totalmente opuestas. La persona pasa de una a otra en determinados momentos de gran tensión psíquica. Estos cambios repentinos de carácter también le dan al Valencia CF de vez en cuando, solo que en su caso de manera inexplicable.
Tiro de metáfora porque es el único modo de intentar comprender como un equipo planta cara y está a punto de ganar al actual subcampeón de Europa (el Bayern Munich) con diez jugadores y cuatro días después es arrasado y humillado por el Málaga, que es buen equipo pero ni mucho menos del nivel de los alemanes.
No es fácil de entender el radical cambio de actitud, porque ésa fue la principal causa de la paliza sufrida en Málaga (el planteamiento fue el mismo que sí ha dado resultado en otros partidos). El entrenador Mauricio Pellegrino también tiene su cuota de responsabilidad, pero los primeros que deben salir a darlo todo esperar a que nadie desde el banquillo les motive son los jugadores. La excusa del cansancio no vale, primera porque como dijo Mourinho tras perder ante el Betis unos deportistas profesionales deben estar preparados para jugar dos partidos muy seguidos; y segunda porque el Málaga también jugó Champions el miércoles.
Lo más grave es que no es la primera vez que ocurre. El Valencia CF es uno muy distinto según si juega en casa a si lo hace fuera. En casa es un equipo solvente e incluso ofrece fases de buen juego, pero a domicilio es un equipo ramplón, triste y son convicción. En Liga ha jugado siete partidos fuera de Mestalla, sólo ha sacado dos puntos y únicamente ha marcado… ¡dos goles!
Así que parece claro cual es el punto más débil de este Valencia 2012/2013: su irregularidad y su falta de estabilidad. ¿Se encontrará una solución pronto?
